30 DE OCTUBRE DE 2011

TRIBUTO DE LAS TRES VACAS
RECONOCIDO POR LA COMUNIDAD DE TRABAJO DE LOS PIRINEOS

Texto y fotos: Fernando Hualde


13 de julio de 2006

El Tributo de las Tres Vacas fue premiado y reconocido el pasado jueves en Toulouse por la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP).

El pasado día 27 se celebró en la ciudad francesa de Toulouse el 29º Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. La acción de protesta de los opositores al Tren de Alta Velocidad, lamentablemente, eclipsó informativamente el contenido real de ese Consejo Plenario. Escribo esto un día después, con los periódicos en la mano, y desconocedor de si en este fin de semana tres vacas van a recuperar el protagonismo que les han quitado tres tartas.
Ciertamente lo que vivió Toulouse el jueves, a una con ese Consejo, fue el premio y reconocimiento a la ceremonia del Tributo de las Tres Vacas por ser este el tratado transfronterizo en vigor más antiguo de Europa, a lo que yo añado que también del mundo.
Hasta allí se desplazaron para recibir este premio los alcaldes de Arette, de Isaba, y de Ansó; Pierre Casabonne, Ángel Luis de Miguel, y Félix Ipas respectivamente, ataviados con la misma indumentaria con la que se les ve en la piedra de San Martín cada 13 de julio.
El pasado 24 de enero de 2011 el Gobierno de Navarra daba el paso de declarar a esta ceremonia Bien de Interés Cultural Inmaterial. Y ahora, nueve meses después, le ha venido este otro reconocimiento. Podemos decir sin miedo a equivocarnos, que el año 2011, después de tantos y tantos siglos de celebración anual de este rito pirenaico, ha marcado el inicio de un reconocimiento importante; por fin parece que nos estamos dando cuenta del valor patrimonial tan alto que existe detrás de esta ceremonia ancestral. Y es que la Junta de Roncal, Junta de Ernaz, o Tributo de las Tres Vacas –como queramos llamarlo-, sintetiza a la perfección la esencia del Pirineo.

Las tres vacas han de ser del mismo astaje, pelaje y dentaje

Tributo perpetuo

Al margen de que lo que se paga es un tributo, posiblemente de guerra, cada 13 de julio el Pirineo da toda una lección al mundo, a los países en guerra, al terrorismo que se camufla bajo objetivos políticos, y también a los que lanzan tartas. Esa lección nos habla de paz, esa lección es la que nos dice que la palabra dada y cumplida es la mejor herramienta para lograr objetivos y para hacer de la paz, no un objetivo, sino una realidad. El Tributo de las Tres Vacas representa mejor que nadie a la fuerza de la palabra, tal y como lo vienen demostrando los vecinos de estos valles.
 No debemos de olvidar que el pago de un tributo, en este caso milenario, ha sido tan sólo uno de los puntos del orden del día de una ceremonia que antaño fue mucho más amplia, y a la que puso fin la Ley de Mugas y el Tratado de Límites franco español de 1856. En aquella ceremonia, denominada Junta de Roncal, se reunían una vez al año (13 de julio) las autoridades de los valles pirenaicos de Baretous y de Roncal, contando siempre con la presencia del alcalde de Ansó en su condición de garante de una de las partes de esta ceremonia. Había cinco puntos importantes en el orden del día. Por un lado las autoridades del Roncal y de Baretous, la totalidad de los alcaldes de ambos valles, se reunían para escucharse los problemas, y buscarles solución. El segundo punto del orden del día era el de escucharse las quejas de los unos contra los otros, y buscarles solución. El tercer punto era el nombramiento de guardas por parte de ambos valles que garantizasen el cumplimiento de los acuerdos de facería en sus fechas y en sus lugares. El cuarto punto era el pago de un tributo, de carácter perpetuo, que el valle de Baretous tenía contraído con cuatro de las siete villas roncalesas; lo que se pagaban, y se pagan, eran tres vacas sin mancha alguna, del mismo astaje, pelaje y dentaje. Y el último punto del orden del día era el de renovar el compromiso de paz, sellándola con las manos sobre una piedra, bajo el ritual del tres veces repetido Pax Avant.
De toda esa ceremonia ancestral, mutilada oficialmente por el Tratado de Límites, lo que hoy nos queda son tres de los cinco puntos del orden del día. Y de ellos hay uno que nunca puede desaparecer, precisamente por su condición de perpetuo, que es el del pago del tributo de tres vacas. Los dos primeros puntos, a recuperar, son toda una lección magistral y sencilla que ha estado siempre muy extendida en todo el Pirineo.

Piedra de San Martín, escenario de esta ceremonia.

Aclaraciones

Otro aspecto que en los últimos años trata de aclararse son algunas de las falsedades que en torno a esta ceremonia están excesivamente extendidas, inclusive en la propaganda institucional. Se ha escrito en esta misma sección sobre ello y además de una forma documentada; pero en cualquier caso no está de más recordar que el pago del Tributo de las Tres Vacas no data del año 1375, como aparece publicado en tantos y tantos sitios, sino que la sentencia arbitral de ese año, dictada por la villa de Ansó en su condición de mediadora, lo que establece ese año es la reanudación del pago de este tributo, que ya en aquella época se decía que venía celebrándose desde tiempo inmemorial; por lo tanto su antigüedad es muy superior.
Y el otro error, largamente arrastrado, es el de sostener que este es un tributo que viene a compensar el uso de pastos y de fuentes. Además de que hay constancia documental de que fue, y es, un tributo de guerra, no existe ni ha existido jamás en todo el Pirineo un solo tributo compensatorio de uso de pastos y fuentes que tenga la condición de perpetuo.
Son detalles que nunca está de más dejarlos claros para evitar que en un futuro puedan convertirse en problemas. Y también por pura justicia histórica.


Marca de identidad

Al margen de todo esto, y centrándonos de nuevo en la sesión que el pasado jueves celebró en Toulouse el Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, no está tampoco de más recordar el mensaje transmitido allí por los tres alcaldes (Arette, Isaba y Ansó).
Se mostró una disposición a trabajar para convertir al Tributo de las Tres Vacas en una marca de identidad, símbolo de una zona de alto valor natural, paisajístico, histórico y cultural. Confluyen en torno a la Piedra de San Martín, términos municipales, valles, regiones y antiguos reinos y principados –hoy países-.
Otro de los puntos expuestos en la reunión de la CTP por parte de los alcaldes es que a los reconocimientos que esta ceremonia ha recibido desde el Gobierno de Navarra y desde la Comunidad de Trabajo de los Pirineos se inicia a partir de ahora una línea de trabajo encaminada a conseguir por parte de la Unesco, para el Tributo de las Tres Vacas, el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Es, sin duda, un objetivo ambicioso, que requiere muchísimo trabajo de documentación y de gestiones, pero que no por ello va a ser impedimento para buscar este reconocimiento para una ceremonia que en su fondo y en su forma, así como en su antigüedad y escenografía, es merecedora de este galardón.
Y por último se ofreció la villa de Isaba como punto de encuentro y de trabajo de la CTP, en la fecha del 12 de julio, para asistir posteriormente, al día siguiente a la ceremonia en la Piedra de San Martín. Con ello se quiere impulsar un premio internacional, basado en la paz y en el humanismo, que sería entregado en el marco de los actos celebrados cada 13 de julio, buscando con ello que el Pax Avant, Pax Avant, Pax Avant, tenga una dimensión mundial como compromiso de paz.

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