7 DE MARZO DE 2010

ARTZAINA - EL PASTOR
UNA VIDA UNIDA A LA TRADICIÓN

Texto y foto: Fernando Hualde




Iñaki Vergara, en la parte gráfica, e Ion Orzaiz, en la parte literaria, nos ofrecen en un libro una mirada humana a la realidad del mundo pastoril. Un buen trabajo en el que humanismo y arte se dan la mano con un resultado editorial que merece la pena.

No quisiera hoy empezar este reportaje sin dedicarle un recuerdo muy especial a Joxemiel Bidador. Estos días se ha dicho ya todo sobre él, y todo bueno, como no podía ser de otra manera en una persona con su forma de ser. Solo queda recordar que esta sección de “Recorrido por el patrimonio de Navarra” nació en el 2002 de mi mano, dando así continuidad a las colaboraciones que hasta ese momento, cada domingo, escribía la sabia pluma de Joxemiel Bidador. Fue un relevo, y aunque cada uno tenemos nuestro estilo, siempre tuve claro que ante los trabajos que mi antecesor publicó solo cabía, y cabe, descubrirse. Fue referencia para muchos, y para mí el primero.
Ya sabemos que nacemos para morir, y que a lo largo de la historia de la humanidad estamos asistiendo a una sucesión continua de generaciones, en donde la memoria de cada persona acaba quedando diluida en la noche de los tiempos. Sin embargo, es de justicia decir que hay personas que se nos van, pero no sin antes haber dejado una profunda huella. Y Joxemiel pisó fuerte.


Un libro de fotos

Y ahora vamos con el tema de hoy. En no pocas ocasiones desde esta sección hemos hecho análisis de diferentes libros que se han ido publicando sobre temas de Navarra; hemos destacado, principalmente, el trabajo de investigación que detrás de muchos de ellos hay, y que pocas veces se valora en las críticas. Pero, por vez primera, hoy vamos a sacar al escenario un libro de fotografía. Últimamente han salido varios, y ninguno de ellos tiene desperdicio.
Me gustaría con este reportaje llamar la atención sobre la labor del fotógrafo, y parto por admitir que DIARIO DE NOTICIAS ha sido pionero a la hora de equiparar en todo lo que se publica al autor de los textos y al autor de las fotografías.
Pues bien. El pasado mes de noviembre salía a la luz el libro Artzaina. El pastor, una vida unida a la tradición. Es un libro de 107 páginas, de formato casi cuadrado, en blanco y negro, escrito en español y en euskera, y que exhibe un cuidado diseño.
La fuerza de este libro está precisamente en la fotografía; pero vaya por delante que tiene también una parte literaria de la que es autor Ion Orzaiz, tanto en un idioma como en el otro. Y hay que decir que esta parte literaria, de la que deriva la estructura del libro, no solo es correcta, sino que además es muy acertada en el enfoque humano que se le da a este trabajo. Está claro que el autor de los textos ha estado próximo a la vida pastoril, que ha sabido captar lo que es la vida en la sierra, o lo que es la elaboración del queso, o los riesgos que tiene este oficio, o la importancia que para el pastor tiene su perro…, por poner tan sólo algunos ejemplos.
Observo que algunos críticos de libros, en algunos casos son incapaces de hablar sobre un libro si no es a costa de buscarle algún defecto; es como si tuviesen la necesidad de demostrar que son capaces de discrepar para hacer ver que tienen su propio criterio. En mi caso, para nada me siento capacitado para desempeñar el papel de juez público sobre cualquier obra literaria, pero en este caso, independientemente de mi condición de hijo de pastor, llevo ya tres décadas investigando y profundizando en la vida y en la cultura pastoril, y desde ese prisma tengo la suficiente capacidad de crítica para admitir que los textos de este libro, como digo, son correctos y acertados. Ha hecho Ion Orzaiz muy buen trabajo.


El lenguaje de la imagen

Y luego está la otra parte, la parte gráfica. Aquí es donde tiene su fuerza el libro ofreciéndonos toda una exhibición fotográfica. El fotógrafo es Iñaki Vergara, que ha sido además, según rezan los créditos del libro, el coordinador editorial y el responsable del diseño.
La foto de la portada lo resume todo: perro, pastor y palo, sobre la tierra; solo se ven los pies, y sin embargo transmite la realidad del oficio a la perfección. El perro está de frente al pastor, sumiso, presto a escuchar la orden y a obedecer; el pastor está en actitud observante, vigilando al ganado, se intuye el brazo derecho cruzando el pecho y colocando la mano debajo de la axila izquierda y con la palma hacia abajo, allí se apoya sobre la parte superior del palo, y este, ejerciendo de tercera pierna, le permite tener esa pose ligeramente inclinada. En los pies abarcas y calcetines de lana. Eso es el pastor, y esos son sus verdaderos apoyos: el palo y el perro. Mejor foto de portada, y mejor tarjeta de presentación, no se ha podido elegir. Y lo mejor es que todo el interior va en consonancia.
Las 107 páginas del libro nos ofrecen lo que es la vida del pastor en sus quehaceres cotidianos. Nos recuerdan que este oficio está muy lejos de la imagen idílica que nos ofrecen los pastores del belén navideño, o la que nos ofrecían Heidi y Pedro en sus dibujos animados.
Los pastores no saben de horarios, ni de días de fiesta, ni mucho menos de convenios y derechos laborales. A cambio saben lo que es levantarse cuando los demás duermen; saben lo que es dormir en viejos camastros improvisados, a veces sin más colchón que la hierba y la tierra, y sin más techo que el cielo; saben lo que es ordeñar cada día, una a una a sus ovejas, siendo el primer ordeño antes del amanecer, y el último ya de oscuro; saben lo que es atender a la oveja modorra; saben de horas y horas en la paridera; saben lo que es marcar el ganado, y esquilar, y vigilar al perro asilvestrado que merodea o al buitre paciente que espera el momento adecuado; saben lo que es limpiar la txabola, y mantener el redil en condiciones, y andar de arriba abajo; saben de humedades, de rocíos mañaneros, de sol que curte y arruga la piel, de txirimiris, de cierzos, de tormentas, y de rayos; saben que el trueno ya no es Basajaun.
Sé muy bien que hay pastores que ya no viven así, que ya no apacientan a sus ovejas; que sus txabolas y sus bordas sufren ruina porque hace tiempo que dejaron de darles cobijo; que el ordeño ya no lo hacen manualmente; que el queso, si lo hacen, tiene que hacerse conforme la ley, la higiene y la salubridad exigen; que han cambiado los pies y el cayado por el todoterreno; que ya no hacen fuego, ni calientan magras ni txulas, ni embadajan, ni tienen perro que les obedezca.
Pero hay que decir que en Navarra todavía hay pastores que siguen mirando al cielo, y tienen palo, y perro, y espaldero, y un rebaño que cuidar. Y es aquí donde Iñaki Vergara, con su cámara ha captado esa vida, y nos la muestra en su crudeza, tal y como es, y tal y como está siendo mientras tú, lector, lees cómodamente este reportaje sentado tal vez en el sofá.
Artzaina. El pastor, una vida unida a la tradición es un libro que recomiendo, fácil de leer, que nos invita no solo a mirar atrás, sino al presente. Queda encerrada en esas páginas la vida actual de Ricardo Goikoetxea, digno representante de otros muchos Ricardos que hay repartidos por toda la geografía navarra. Magnífico homenaje a todos ellos. Y magnífico tándem, lleno de humanismo, el que han hecho Iñaki Vergara y Ion Orzaiz. Mi enhorabuena.


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