7 DE ENERO DE 2012

ALEGORÍA DE NAVARRA
EN EL FRONTISPICIO DE LA DIPUTACIÓN

Texto: Fernando Hualde
Foto: Fondo Documental Erronkari

Imagen del frontis antes de su colocación



Desde el año 1934 este conjunto escultórico embellece la fachada este del palacio de la Diputación Foral de Navarra.

            Acabamos de entrar en el año 2012, año este en el que la redondez de algunos aniversarios vinculados a la historia del viejo reino va a propiciar que se hable de Navarra como nunca se ha hecho. Aquí, en esta sección, no vamos a eludir el tema y también lo haremos, y sin tapujos, aún siendo consciente por mi parte de que nunca han de faltar quienes lo analicen todo con lupa, ni quienes disfruten, ni quienes rabien. A todos les asiste el derecho de analizar y de sentir; los peores han sido siempre los indiferentes.
            Mientras tanto, a modo de aperitivo, y antes de que en la pamplonesa avenida de Carlos III se suban con un elevador a retirar los adornos navideños del palacio de la Diputación Foral, vamos hoy a fijar nuestra atención en la alegoría de Navarra que decora, cual templo griego, el frontispicio de la fachada este del susodicho edificio.
            Yo invitaría al lector a que se sitúe enfrente y se detenga unos instantes a observar el grupo escultórico de ese frontis. Pero… observen bien, con detalle; paseen la mirada por cada una de las figuras. Y luego hagan un esfuerzo mental para ver si en alguna ocasión han visto tanta suciedad junta en una obra de arte. Con el agravante de que esa obra de arte está situada, presidiendo, en la fachada del edificio que alberga a la institución que debe de velar por la conservación de nuestro patrimonio.
            Creo no equivocarme si digo que toda esa porquería, que ese cúmulo de polvo y polución, se quita con agua. Bastaría, y así evitamos gastos innecesarios, que en el momento en el que la grúa suba hasta allí a retirar los adornos, ese mismo operario, o quien sea, se ocupe de darle un manguerazo a esas esculturas, tal y como ya se solicitó por escrito en el año 2002 dentro de la campaña de homenaje al escultor Fructuoso Orduna, autor de este conjunto escultórico. Ese mismo año, si mal no recuerdo, dentro de la iluminación nocturna del palacio, se destacó con luz blanca este frontis, un gesto que se agradece, pero que mientras no se limpie solo sirve para que se vea mejor la suciedad. Creo que no se pide mucho. Aunque solo sea por imagen, y porque el 2012 se lo merece.


Desde 1934

            Era el 23 de marzo de 1931 cuando en la Plaza del Castillo se empezó a derribar el edificio del Teatro Gayarre, situado entre el edificio de la Diputación y el Crédito Navarro. La desaparición de aquél edificio permitía abrir una vía amplia hacia el sur de la ciudad, una vía que en torno a la cual se articulase el segundo ensanche de Pamplona.
            A su vez, la eliminación de este teatro, forzó a rehacer, con nuevas fachadas, los dos edificios que hasta entonces le había flanqueado. Y es así cuando vemos cómo en el año 1932 el palacio de Diputación acometía una ampliación del edificio y la construcción de una nueva fachada en su orientación este, obra esta que fue dirigida por el arquitecto José Yarnoz Larrosa, que fue quien propuso a la entonces denominada “Diputación Foral y Provincial de Navarra” la colocación en esa fachada de una ornamentación escultórica.
            La institución foral dio el visto bueno a esta propuesta, y con fecha del 7 de octubre de 1932 tomo el acuerdo de aprobar una partida presupuestaria de 150.000 pesetas para esta ornamentación. Ese mismo acuerdo incluía la adjudicación de la obra “al escultor laureado D. Fructuoso Orduna, por reunir excepcionales condiciones para la ejecución del referido trabajo, ya que a su reconocida competencia artística y a sus muchos méritos, une la circunstancia de ser navarro”.
            Cuatro días más tarde el roncalés Fructuoso Orduna presentó un presupuesto ajustado a esas 150.000 pesetas y el compromiso de ejecutar la obra en un margen de tiempo determinado. El día 18 de ese mismo mes la Diputación le confirmaba al escultor el encargo, bajo ese presupuesto, y puntualizándole que correrían a cuenta del escultor “los gastos para atender a su elevación y colocación en la obra, debiendo ejecutarse en tiempo hábil para que el contratista del edificio pueda cumplir debidamente su compromiso”.


Descripción

            Y Fructuoso Orduna cumplió. Previamente hizo un boceto en escayola, al que las autoridades dieron el visto bueno; este boceto se conserva en el Ayuntamiento de Roncal. Tras la aprobación de ese primer boceto, hizo otro de mayor tamaño y con más detalle, que se conserva en el Palacio Foral.
            La obra a realizar sería en mármol blanco, incrustada en el triángulo del frontispicio. El conjunto alegórico representaba, en su parte central, ocupando toda la altura del eje del triángulo, a Navarra como matrona coronada, una figura de noble porte. A su derecha estaba, y está, flanqueada por la Ganadería, la Silvicultura, el Comercio y la Agricultura; y a su izquierda por las Bellas Artes: Escultura, Música y Arquitectura, y también por la Industria.
            La verdadera dificultad estaba en ser capaz de meter todas estas figuras dentro de un triángulo de esas características. Y lo consiguió. “En la mayor angostura de espacio se representan los símbolos terrícolas y aquellos que, como la forja, encarnan las primitivas actividades humanas, y conforme el espacio se amplía y se eleva, aparecen en proporciones de gran esbeltez, aquellas en las que esplende el espíritu, aspiración siempre, hacia las altas estrellas”, escribía el crítico F.F. en Diario de Navarra en diciembre de 1932 tras haber visto el boceto.
            Una vez acabado de hacer todo este conjunto escultórico, fue expuesto en el hall del Pabellón de Exposiciones, en Madrid, en el XIV Salón de Otoño, dándole prestigio a ese evento cultural, tal y como reconocía la prensa madrileña en 1934.
            Finalmente la pieza escultórica fue colocada en el frontispicio el 1 de junio de 1934. A Fructuoso Orduna no le faltaron felicitaciones; y la propia Diputación, a través de Serafín Yangüas, su vicepresidente, quiso el 5 de junio comunicarle oficialmente al escultor, que “quedó muy complacida, ya que constituye un conjunto decorativo de indiscutible mérito, motivo por el cual felicitó efusivamente a usted, y acordó consignar en acta el juicio satisfactorio que ha merecido a la Corporación el trabajo realizado”.
            La obra en sí, como todas las de Orduna, es una exhibición de conocimientos sobre la anatomía humana, sobre todos y cada uno de los músculos.
            Fue en el año 1994 cuando el Gobierno de Navarra le compró a doña Pilar Orduna Ballestero, hija del escultor, aquél segundo boceto de este frontispicio. Esta pieza conservaba anotaciones manuscritas con lápiz en las que Fructuoso Orduna marcaba las pautas para el despiece de los bloques de mármol que conforman todo el grupo escultórico que hoy podemos ver en el frontis foral. Aquél boceto fue trasladado al Museo de Navarra en donde fue sometido a un minucioso proceso de restauración. Y en marzo del año 2000 se procedió a colocarlo en un rellano del primer piso del Palacio de Diputación.
            A lo largo del año 2002 el Ayuntamiento de Roncal desarrolló toda una campaña de homenaje y reconocimiento a su paisano Fructuoso Orduna; en el marco de aquella campaña en una de las salas del consistorio roncalés se hizo una exposición con alguna de sus obras, apuntes y bocetos. Una de las piezas que se expuso fue precisamente aquél primer boceto de este frontispicio; pieza esta que en aquél momento fue donada al Ayuntamiento de Roncal por los descendientes de Fructuoso Orduna en agradecimiento a todo el reconocimiento que en ese año 2002 se le había hecho al escultor.
            Creo que es de justicia que ahora, y sin necesidad de desembolso económico alguno, cuando se vayan a retirar los adornos navideños, un alma caritativa le devuelva a este conjunto escultórico la dignidad que nunca debió de haber perdido. Y una vez limpia es cuando podemos volver a situarnos enfrente, y deleitarnos en todas y cada una de las figuras que, vistas desde abajo, de izquierda a derecha son: la Ganadería (con su rebaño de ovejas), el Comercio (de pie), la Silvicultura (de pie), la Agricultura (sentada), la matrona coronada que representa a Navarra (en el centro, de pie, con un pergamino en una de sus manos), la Escultura (con una rodilla en tierra, y una pequeña escultura en su mano), la Música (de pie, con una lira en la mano), la Arquitectura (de pie, y con un pequeño edificio en su mano), y la Industria (con una rodilla en tierra, sujetando una maza de herrero en su mano).
            Si observamos bien, podremos ver que la alegoría de Navarra, la matrona, está coronada con una corona mural, republicana. Es, que yo sepa, la tercera corona mural que se conserva en Pamplona. Las otras dos, incumpliendo la actual Ley de Símbolos, estarían en un mismo escudo de piedra, escudo de Pamplona, que existe en el exterior de la Plaza de Toros, sobre la puerta principal.
            Pues eso, vamos a confiar en que la semana que viene podamos ver este frontis en todo su esplendor, limpio y brillante. Una buena forma de empezar el 2012.

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