5 DE DICIEMBRE DE 2011

LOS AIBAR
LINAJE DE REYES

Texto: Fernando Hualde
Foto: Diario de Navarra





Las historiadoras Rosa y Ana Iziz Elarre nos descubren el linaje de los Aibar y la importancia que estos tuvieron en la historia del reino de Navarra.

A finales del año 2008 Rosa Iziz Elarre, con la colaboración de un buen equipo de vecinos de Aibar, nos sorprendió con la elaboración de dos completos tomos dedicados a la historia y a la etnografía de Aibar. En aquél momento, desde esta misma sección, hicimos una valoración de lo que aquél trabajo representaba, por su magnitud y su importancia, para la historia de la villa de Aibar. Y además lo pusimos como referencia para que otras localidades tomasen la iniciativa de llegar a hacer lo mismo con su propio patrimonio.
Hoy, tan sólo tres años después, las hermanas Rosa y Ana Iziz Elarre, nos sorprenden de nuevo con un tomo que lleva como título “Los Aibar, linaje de reyes”.
Quien siga semanalmente esta sección observará que periódicamente sacamos a esta tribuna alguno de los libros que van viendo la luz en Navarra dedicados a dar a conocer nuestro patrimonio. Es posible también que haya personas que piensen que las críticas son siempre complacientes, y no lo vamos a negar; pero debe de entenderse que esto no es una sección de crítica de libros, sino que es una sección dedicada al patrimonio de Navarra y a destacar cuantos esfuerzos se hacen en la recuperación, defensa y difusión del mismo; en consecuencia no van a aparecer aquí otros libros que aquellos que realmente lo merezcan, sabiendo siempre que, afortunadamente, son muchos más los merecedores de esta exaltación. No hay que olvidar que es muy habitual que los libros y los trabajos de investigación que afectan a un ámbito estrictamente local acarrean siempre un trabajo ímprobo que rara vez es reconocido en su justa medida.


Linaje importante

La crítica a este nuevo libro sobre Aibar podría ser muy sencilla, bastaría con que invitásemos a echarle una ojeada, aunque solo sea muy por encima, y a partir de allí que el lector valore el contenido de esas páginas. Podría ser suficiente. De inmediato la reacción va a ser la de admirarse y descubrirse por todo el inmenso trabajo que recogen estas 526 páginas. Evidentemente se requiere que un trabajo de estas características, además de superar esa primera impresión, vaya avalado de un estudio mucho más a fondo, que desvele que está hecho con seriedad, con rigurosidad y bien estructurado.
No estamos ante un tema populista, o de mayor aceptación social, como lo pueden ser la historia y la etnografía, sino que lo que tenemos delante es un tema que aparentemente, y aunque también es historia en su más pura esencia, podría resultar algo más farragoso; a veces tenemos la tendencia a huir de los temas nobiliarios, de heráldica, de linajes…; y sin embargo, tal y como nos lo descubren en este libro las hermanas Iziz Elarre, eran en aquellos siglos la base sobre la que giraba buena parte de nuestra historia, y sin ello difícilmente podríamos entender todo lo demás. Y ellas han sabido coger todo lo que afecta a Aibar y desmenuzarlo, ponerlo en orden, y ofrecerlo de una manera amena, atractiva, y a la vez de una manera seria, profesional, y extraordinariamente documentada.
Salta a la vista que este libro no es el resultado de tres años de trabajo, que es la distancia entre aquellos otros dos tomos y este, sino que estas páginas esconden una labor que, aunque hecha entre dos profesionales, obligadamente ha costado hacerla muchos más años. No basta aquí con buscar documentos en uno y otro archivo; no basta con descifrar lo que pone en cada uno de ellos y leérselos; ni tampoco basta con entenderlos, ni con extraer cientos y cientos de datos como aquí se ha hecho. El mérito, además de todo eso, está en haber sido capaces de ordenar toda esa información, siglo a siglo, linaje a linaje, familia a familia, generación a generación, y pueblo por pueblo. Y eso no se hace en tres años, ni en diez tampoco.
Estamos ante un trabajo que nos permite seguir la pista de todas aquellas familias nobles que llevaron en su sangre el nombre de su procedencia: Aibar. Ante un trabajo que ha sido capaz de seguir la pista documental y la existencia de estos linajes en sus asentamientos en todo el entorno de la val de Aibar, de su presencia en Sada, en Pamplona, Olite, Corella, Valtierra, Tudela…; de su presencia en Aragón; o de su presencia a lo largo de todo el continente americano, desde Santo Domingo hasta Argentina.
Previamente las autoras nos muestran el origen del linaje de los Aibar, que es una de las doce baronías del reino de Navarra desde sus inicios como tal; su papel en la conquista que se inició en 1512; o su papel en las Cortes; y nos devela la gran importancia que han tenido en la historia y en el devenir de este reino; nos retrotrae a aquél tiempo en el que Aibar tuvo un castillo y un cerco, un castillo llena de vida y de orgullo; y también unos palacios, con sus linajes y con sus escudos. Es, en definitiva, un linaje importante, por su papel en la historia, por su magnitud familiar, y por su extensión geográfica; un linaje que hoy, en muchos rincones del mundo, sigue manteniendo encendida la llama de Aibar con toda la trayectoria histórica que esta villa tiene.


Raíces protegidas

El trabajo de Rosa y de Ana Iziz es toda una exhibición de profesionalidad; han cribado importantes archivos con toda minuciosidad, han sabido seleccionar, han documentado cada párrafo que han escrito, han recompuesto decenas de biografías de personas a las que nunca nadie había dedicado una línea, han hecho trascripción de decenas de documentos y, como se ha dicho antes, lo más meritorio es el haber sido capaces de ordenar genealógicamente esta información.
Queda aquí, complementando y completando el trabajo realizado con los dos tomos anteriores, una parte vital de la historia de Aibar. Hay que admitir, elogiar y destacar, que el Ayuntamiento de Aibar, editor de los tres tomos, ha sabido estar donde había que estar, y priorizar lo que por naturaleza y sangre es prioritario; y desde esa convicción han hecho posible que hoy este pueblo, esta villa de Aibar, y la savia que emana de sus casas y de sus estirpes, queden hoy perfectamente historiadas y documentadas; quedan protegidas las raíces de este árbol que tantas ramas tiene por el mundo; y queda hoy bien limpio y brillante el espejo ante el que los aibareses pueden y deben mirarse para verse nítidamente. Enhorabuena.  

1 comentario:

  1. hola me parece muy interesante tu blog. A mi me interesa mucho la historia de navarra. Desde Argentina Roberto Mena Aybar

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