Texto: Fernando Hualde
Navarra se caracteriza entre otras muchas cosas por
la amplia bibliografía que aborda su historia y la de sus gentes. Si esto es
así es porque este viejo reyno, a su vez, es prolijo en investigadores,
historiadores, escritores y gente preocupada por ahondar y profundizar en la
historia local y provincial. Basta con acercarse a cualquier pueblo o valle de
nuestra geografía para darse cuenta de que, muy probablemente, han encontrado
ya un bienhechor que ha dedicado parte de su vida en recomponer la historia del
lugar, sus costumbres, y sus tradiciones.
En
consecuencia, tan acostumbrados estamos a la edición de libros sobre temática
navarra que, con frecuencia, desfilan ante nosotros auténticas obras de
investigación, sin ánimo de quitar nada a las demás, que esconden entre sus
tapas trabajos colosales de años de incesante trabajo.
Es,
en mi opinión, el caso del libro “Alcaldes
y regidores de Puente la Reina
– Gares (1677-2002)”, escrito y publicado este pasado año por el puentesino
Alberto J. Aceldegui, historiador, escritor, y también concejal de cultura de
ese consistorio.
Un libro para la historia
Tras
repasar con detenimiento la obra de este historiador, y como también sucede con
otras obras suyas, no cabe hacer otra cosa que descubrirse ante la envergadura
del trabajo que hay detrás de esas 442 páginas. Y lo digo desde el
presentimiento y el convencimiento de que estamos ante un trabajo
insuficientemente reconocido. ¡Ojalá me esté equivocando!.
Dedica él esta obra a tres buenos amigos suyos, y exconcejales del
Ayuntamiento de Puente la Reina :
Santiago Arregui Moso, José Aldaz Lizaso, y Julián Erro Romero; y se la dedica
también, como no podía ser de otra manera, “a
la memoria de todos los hombres y mujeres que han dedicado parte de su vida a
trabajar al servicio de nuestra villa desde su consistorio a lo largo de los
últimos 325 años”. Sirva este reportaje para amplificar esta dedicatoria y
este agradecimiento e, igual que un boomerang,
para reconocer y agradecer el esfuerzo de este puentesino, Alberto Aceldegui,
en su trabajo de recuperación y divulgación del patrimonio histórico de Puente la Reina , villa ésta a la que
ha aportado, y esta aportando, muchas horas de trabajo y una bibliografía que
la dignifica.
Alberto Aceldegui ha apuntalado en este libro una parte importante de la
historia de Puente la Reina ;
se ha tomado la molestia de sumergirse de lleno en el archivo municipal de su
localidad desempolvando actas, y descifrando palabras que antaño un escribano
plasmó sin sospechar que estaba forjando historia. Y además de ello, con esa
labor ímproba, ha sido capaz de recomponer, una a una, las últimas 234
corporaciones, que a su vez fueron presididas por un total de 135 alcaldes, es
decir, desde 1667 hasta la actualidad. Sirva como curiosidad, aunque esto es
algo muy común a otras localidades, que hasta 1995 no vieron los puentesinos
una mujer al frente del consistorio; fue el caso de Mª Carmen Etayo
(1995-1997). Hoy, desde 1999, es otra dama –Mª Eva Erro- quien ostenta este
honor.
“Alcaldes y regidores de Puente la Reina – Garés (1677 – 2002)”
es un libro, y un trabajo de investigación, que va mucho más allá de ofrecer a
sus paisanos una lista completa de los alcaldes que ha tenido esta villa en los
últimos 325 años; y vaya por delante que si sólo hubiera sido esto, no es poco
precisamente. Por el contrario, el libro, además de ofrecer los nombres de los
componentes de cada una de las corporaciones puentesinas, aprovecha el nombre
de cada mandatario municipal para profundizar en la historia de la villa
durante su mandato, exponiendo así una selección de los acontecimientos, grandes
y menudos, que durante los últimos tres siglos han configurado la vida
municipal de Puente la Reina ,
acercándonos a su vez a la realidad de lo que en esta villa fueron etapas como
la guerra de la Convención ,
la invasión napoleónica, las guerras carlistas, las dos repúblicas, la
gamazada, el franquismo, o la transición democrática, por citar tan sólo
algunos episodios de estos últimos siglos.
La elección del alcalde
De la
mano documentada de Alberto Aceldegui tenemos conocimiento de que, al menos,
desde el siglo XIII los alcaldes, o alcaides, eran elegidos en el arco de la
parroquia de Santiago, concretamente en el arco que daba hacia el lado del
antiguo cementerio (tapado desde 1791 por las obras del claustro). Esta
reunión, celebrada en tan discreto lugar, se realizaba durante la noche del 28
al 29 de septiembre, y en ella se elegía a tres personas de entre los
principales propietarios de la villa. A partir de ese momento era el rey quien
dictaminaba quien de los tres elegidos debía de ser el alcalde.
Este
sistema perduró hasta bien entrado el siglo XV, concretamente hasta el mes de
diciembre de 1428, que es cuando el rey consorte Juan II y la reina propietaria
doña Blanca salen al paso de las dificultades que estaba teniendo el alcalde de
la villa, pérdida de autoridad incluida, y le concede a Puente la Reina algo así como un
anticipo del privilegio de elección de alcaldes, a la vez que refuerzan
notoriamente el poder del alcalde. Esto derivó a su vez, en 1433, en una
concesión real mucho más amplia que permitía a los puentesinos elegir
directamente a su alcalde, quien a su vez, debía de presentarse ante el rey
acompañado de un jurado (concejal); esta costumbre perduró hasta 1512. A partir de ese año
la monarquía delega en cada municipio la responsabilidad de la elección de
alcalde, y eximiendo a éste de la obligación de presentarse ante el rey.
Hacia
el siglo XVI, sin que se sepa con exactitud la fecha, se traslada a Navidad la
fecha de la elección, y ésta deja de hacerse en el cementerio. En el año 1764
se vuelve a trasladar la fecha, en esta ocasión al uno de noviembre, con el
simple objetivo de que el alcalde pudiese cerrar su mandato con más tiempo, y
el nuevo tuviese más tiempo para preparar su juramento; pero esto no dio los
buenos resultados que se esperaba, y desde finales del XVIII se establece
efectuar el cambio de mandatario el mismo uno de enero, con la obligación,
además, de que el traspaso de poderes se hiciese en el mismo día.
En
1842, tras la firma de la
Ley Paccionada (1841), la reina Isabel II dictamina que los
periodos al frente de la alcaldía se alarguen a dos años, costumbre esta que
perduró hasta 1923. El golpe de estado de Primo de Rivera trajo consigo la
elección de nuevos ayuntamientos que se mantuvieron hasta 1929. Hasta la
llegada de la segunda república (1931) se sucedieron varias corporaciones, pero
con ésta las elecciones provocan el cambio municipal que, en el caso de Puente la Reina , se prolongó hasta
1940. Y desde entonces hasta 1976 los alcaldes fueron nombrados por el
gobernador civil.
La
transición política trajo consigo, en 1979, la celebración de elecciones
municipales democráticas que se repiten cada cuatro años.
Esta
es, a grandes rasgos, la historia de los alcaldes y regidores de Puente La Reina. Una historia
ampliada, con nombres y apellidos, y minuciosamente documentada es la que
podemos encontrar en el libro “Alcaldes y
regidores de Puente La Reina
– Gares (1677-2002)” de Alberto Aceldegui.
Sirvan estas líneas, cuan regalo de Reyes Magos, para reconocer y
elogiar el esfuerzo que hay detrás de estas páginas, y para decirle a su autor
que ¡ánimo y adelante!. Así se escribe la historia.
13 ALCALDES
PARA
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