3 DE MAYO DE 2010

MUSEO DEL CARLISMO
DESDE SUS ORÍGENES HASTA 1939

Texto y fotos: Fernando Hualde




La ciudad de Estella, a la sombra de Montejurra, acoge desde hace unas semanas en uno de sus edificios emblemáticos una parte importante de la rica historia del movimiento político carlista. El Museo del Carlismo ha sido el último en incorporarse a la red de museos.

Hace tan sólo unas semanas se abría en Estella, ¡qué mejor sitio para ello!, el Museo del Carlismo. El denominado Palacio del Gobernador, un edificio del siglo XVII ubicado en la calle de la Rúa, acoge desde entonces un equipamiento museístico que trata de cumplir con el objetivo de la recuperación patrimonial, la investigación y la difusión –siempre con criterios científicos- de la historia y la esencia de este antiguo movimiento político.
A nadie se le escapa que estamos ante un tema complicado, pues complicado es el carlismo, como así lo certifican las múltiples escisiones, facciones, familias, grupos y subgrupos que a lo largo de su historia han conocido, y siguen conociendo. De hecho, a día de hoy, siglo XXI, sigue habiendo dos grupos importantes que dicen llamarse carlistas, electoralmente testimoniales, y que pugnan por ser herederos y sucesores de aquellos carlistas que durante tanto tiempo influyeron en la historia de Navarra, y también más allá de nuestras fronteras como reino. Estos dos grupos actuales, Comunión Tradicionalista Carlista y Partido Carlista, no son sino el reflejo de las diferentes divisiones que en buena parte de su historia han acompañado al carlismo.


Políticamente correcto

Con todo lo complicado que es exponer un análisis de este movimiento político, hay que admitir, y reconocer, que este nuevo equipamiento museístico, ha tenido la virtud de conseguir lo que ni Dios, ni la Patria, ni los Fueros, ni el Rey, han conseguido en las últimas décadas, que es el haber puesto de acuerdo a todos los que hoy dicen llamarse carlistas. Basta con echar un vistazo en Internet a los blogs y páginas web de los diferentes grupos carlistas para ver cómo, de forma generalizada, coinciden en señalar que la apertura de este museo es para su historia una fecha importante.
Supongo que para conseguir esta opinión unánime ha sido necesario no sobrepasar la barrera de la última guerra (1936-1939); aún y todo se ha tenido la valentía de incluir a ésta dentro de la delimitación temporal que abarca este museo, y se ha hecho, además, de una manera muy correcta, “políticamente correcta” que se dice ahora, y creo que sin herir las sensibilidades de nadie.
En la primera planta de este edificio podemos encontrar lo que va a ser una exposición fija, o permanente. Todo un recorrido cronológico, bajo forma de mural, que nos ayuda a entender el porqué, el quienes, o el desde cuando, en la historia de este movimiento; nos ayuda a entender los problemas dinásticos, nos habla de revolución y contrarrevolución, nos habla de la evolución del carlismo, de la Guerra de la Independencia, del absolutismo, de las guerras carlistas, de Espoz y Mina, de Zumalacárregui, de la defensa de los Fueros, y sobre todo de aquella disputa por el derecho al trono entre Carlos Mª Isidro de Borbón y la princesa Isabel, lo que dio pie a la aparición de los carlistas como movimiento de apoyo a Carlos Mª Isidro de Borbón.
El recorrido histórico acaba sumergiéndonos de lleno en los años de la II República Española y en la Guerra Civil que pone fin a esta.
Todo ello ambientado y amenizado con cuadros, banderas, uniformes, xilografías, monedas, armas, y otro tipo de detalles expuestos con elegancia –en mi opinión-. La narración de todo ese desarrollo histórico se ve que ha sido muy cuidada, y muy medida; con buenas dosis de prudencia en el discurso literario.



Material de estudio

Al margen de todo lo que se puede ver en esa primera planta del Palacio del Gobernador, creo que la planta baja se perfila como uno de los espacios que promete ser más interesante. Esa planta ha sido concebida para acoger exposiciones temporales de periodicidad anual, desde Semana Santa hasta Navidad.
A una con la apertura del Museo del Carlismo, se ha inaugurado en ese espacio la primera exposición, la del año 2010, que lleva como título “Materiales para el estudio del carlismo”. Estamos ante una muestra de manuscritos, impresos, uniformes, banderas, fotografías, cuadros, un estandarte, y un montón más de detalles que entre otras cosas nos muestran la importancia que el carlismo tuvo en Navarra, que a la vez no es un movimiento exclusivo de aquí, y que hay otros enfoques a la hora de verlo. Ha tenido aquí cabida, también, un espacio dedicado a lo que el carlismo no quiso ser, y en consecuencia se nos muestran documentos de las logias masónicas, de la CNT, de la UGT, etc.
Estamos, por tanto, ante un espacio en el que entiendo que poco a poco van a tener cabida todos los episodios y movimientos histórico-políticos contemporáneos del carlismo (falange, nacionalismo, socialismo, etc.), y en donde a buen seguro se podrá llegar a ver, desde la madurez política, esa otra parte de la historia de este movimiento, esa que empieza en 1939 y que todavía no ha conocido su punto final, la que llevó a aquella histórica sublevación de carlistas en la Plaza del Castillo el 3 de diciembre de 1945, la que protagonizaron Carlos Hugo y Sixto, la de EKA, la de la fusión en 1986 de los grupos carlistas tradicionalistas formando la CTC, la de las multitudinarias romerías a Montejurra incluida la sangrienta de 1976, la de que nos habla de lo que un día fue la Regencia Nacional Carlista de Estella (RENACE), los Grupos de Acción Carlista (GAC), o la que nos habla del cierre gubernativo franquista de los Círculos Carlistas.
Cabe allí una exposición monográfica sobre las margaritas, sobre cada una de las guerras carlistas, sobre el requeté, sobre la amplia bibliografía del carlismo, sobre la etapa del franquismo, sobre la prensa carlista (“Montejurra”, “El Federal”, “Insurgencia”, “Ahora información”, “Irrintzi”, etc.), sobre las banderas y uniformes, sobre el rico cancionero carlista, y sobre otros muchos temas. Supongo que es cuestión de tiempo. De allí que entienda que esta planta baja promete ser, lo es ya, un espacio tremendamente interesante y con un futuro expositivo muy halagüeño. De la mano del carlismo podemos, y debemos, acercarnos a toda la historia política de Navarra. No hay necesidad de olvidarse de nadie, ni de hacer apología de nadie; este museo viene a demostrar que se puede hacer.


Base documental

Fue en el año 2000 cuando el Partido Carlista – Euskadiko Karlista Alderdia (EKA) cedió al Gobierno de Navarra, bajo la fórmula jurídica de cesión indefinida, todo su archivo histórico, un conjunto de bienes que formaban parte de su legado histórico. Esta fue la base para empezar a dar los pasos encaminados a crear un Museo del Carlismo.
A partir de allí el propio Gobierno de Navarra adquirió algunas piezas de interés, reforzó la colección con otras piezas que ya eran suyas con anterioridad, y logró que otras instituciones y particulares cediesen material.
En el año 2006 se dotó al Museo del Carlismo, aun no existiendo físicamente, de un comité científico del que son vocales los historiadores Juan Pablo Fusi (catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid), Ángel García Sanz (profesor titular de Historia Contemporánea de la UPNA, y autor de numerosos libros sobre la historia política de Navarra), Jordi Canal (maître de Conférences de l’Ecole des Hautes Études de Sciences Sociales de París), y José Ramón Urquijo (profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Este comité científico, nada sospechoso, es quien se ha ocupado de elaborar el guión histórico del museo y de la organización de las Jornadas de Estudio del Carlismo.
Estas últimas, de la mano del Museo del Carlismo, se pusieron en marcha en el año 2007, de tal forma que este año se van a celebrar las IV Jornadas bajo el titular “Por Dios, por la Patria y el Rey”: las ideas del carlismo.
En cualquier caso está muy claro que en torno al Museo del Carlismo, y utilizando a este como soporte, en torno a este equipamiento debiera de centrarse la recogida del abundante material disperso que sobre el carlismo hay en muchos sitios; museo y archivo del carlismo.


El edificio

Y una vez que hemos abordado el contenido de este museo, creo que una de las piezas importantes a la hora de contemplar es el propio continente; es decir, el edificio.
Construido entre 1608 y 1613 por encargo de Juan de Echávarri y Larráin, viene a reflejar a través de sus características arquitectónicas el desarrollo que alcanzó Estella en los siglos XVI y XVII, época esta en la que demostró tener un poderío mercantil que ni Tudela, ni tan siquiera la propia Pamplona, fueron capaces de alcanzar.
Se sospecha que el proyecto del edificio pudo ser obra de Juan Gómez de Mora, pues es el mismo estilo de otras obras suyas realizadas para el duque de Lerma, estrechamente vinculado a Juan de Echávarri y Larráin.
Queda ordenado todo el edificio en torno a un patio cuadrangular de dos pisos. Son también destacables los tres escudos de la fachada. Los descendientes de Juan de Echávarri mantuvieron la propiedad de este inmueble hasta el año 1880, que es cuando pasa a manos de otra familia. Y en el año 2000 fue el Ayuntamiento de Estella quien compró este edificio –en ese momento muy deteriorado, y lo cedió al Gobierno de Navarra para que en él se instalase el Museo del Carlismo, que es el 2010 cuando se ha hecho realidad.
En fin, creo que estamos de enhorabuena. Parto del principio de que cada museo que se hace significa consolidar una parcela importante del patrimonio; y en este caso a nadie se le escapa que el carlismo ha sido un movimiento que ha sabido hacerse un hueco muy importante dentro de la historia política de Navarra, que ha atesorado una historia especialmente rica, y que a partir de ahora este nuevo museo viene a garantizar la recuperación, la conservación, y la difusión de esa historia de la que el carlismo es protagonista.

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