10 DE ENERO DE 2010

JULIO, OTRO PUEBLO EXTINGUIDO

Texto y fotos: Fernando Hualde




En lo que antaño fue la Val de Aibar, en pleno monte de la Bizkaia, todavía hoy pueden llegar a verse los restos de un antiguo núcleo de población en el que desde hace setenta años ya no vive nadie. Su nombre es Julio.

Hace unas cuantas décadas, sin llegar al medio siglo, había en Lumbier un señor que solía sorprender a los niños contándoles que él había visto nevar en Julio. Y, ciertamente, aquellos niños lumbierinos se quedaban boquiabiertos oyendo aquello; les parecía sorprendente que aquél señor de la boina hubiese llegado a conocer semejante fenómeno meteorológico en plena estación estival. No sospechaban aquellos mozalbetes que en la Navarra media Julio era algo más que el séptimo mes del año, e Hilario Armendáriz Zuazu, que así se llamaba aquél señor nacido un 21 de octubre de 1889, jugaba con esa baza. Y además tenía razón el buen hombre; él había visto nevar en Julio, su pueblo natal, de la misma manera que estos días del estrenado año 2010 sigue nevando en Julio.




Ubicación

Y estoy convencido que la mayoría de los lectores que hoy leen este reportaje estarán pensando aquello de que “pues yo tampoco sabía que en Navarra hubiese una localidad que se llamase Julio”.
¿Dónde está Julio?. Como referencia tenemos que situarnos, cerca de Aibar, en la localidad de Sada. Desde allí una pequeña carretera nos lleva hasta la localidad de Moriones, término de Ezprogui, antiguo Val de Aibar. Desde esa localidad, por delante de su cementerio, sale una pista que pasa por Loya y Arteta, en dirección a Guetadar. A Julio lo encontramos, después de Arteta, en el lado derecho de la pista debidamente anunciado con el clásico monolito que en su día se puso para anunciar a los despoblados de esta finca. Si no fuese por ese hito anunciador es fácil que a cualquier caminante que pase por allí le pase totalmente desapercibida la presencia a escasos metros de las ruinas de una localidad; la vegetación eclipsa cualquier atisbo de huella humana. Hace muchas décadas que allí ya no vive nadie; ni allí ni en todos esos pueblos del entorno que configuran lo que a nivel popular se denomina La Vizcaya, o La Bizkaia. Probablemente Hilario Armendáriz habría sido una de las últimas personas en nacer allí.




Estado de conservación

De este lugar podríamos decir que únicamente queda un edificio, que parece que pudo haber sido el principal. Está totalmente hundido su interior, y prácticamente inaccesible; las tejas, las piedras, y pequeños restos de la primitiva carpintería, se amontonan en el interior entremezclados con la vegetación. La parte superior del vano de la puerta está compuesta de dos grandes piedras adinteladas, y entre ambas se aprecia la presencia de un buen ejemplar de clavo de forja, tipo tachón, de cabeza redonda. Dentro de la estructura interna de este edificio se observa que las vigas han sido cortadas con motosierra, y posiblemente reutilizadas por alguien que se las llevó; es esta una práctica muy habitual que se da en no pocos despoblados, sobre todo si las vigas son de roble.
El edificio no se puede rodear a causa de la maleza; y en el entorno se llegan a ver restos de otras edificaciones más pequeñas (tal vez corrales).
Las pocas tejas que todavía se ven entre los escombros se corresponden con el prototipo de teja curva, o árabe, pero no son de fabricación industrial, sino rústica, manual, elaboradas probablemente en alguna tejería del entorno. Aprovecho para recordar una curiosidad sobre las tejas curvas; estás tejas se elaboraban antiguamente a mano, y la curvatura se conseguía utilizando la pierna como molde a la hora de darles forma; los tejeros, sentados en una silla, apoyaban la plancha de arcilla sobre su pierna y sobre esta le daban forma; es por ello que las tejas tradicionales son mas anchas de un lado que de otro, la parte estrecha se corresponde con la zona más próxima a la rodilla cuando se moldea.




Historia

Es muy poco lo que se sabe de esta localidad. Además de su condición de señorío, sabemos de Julio que en el año 1802 era uno de los siete lugares que integraban la Vizcaya del valle de Aibar. De esos siete lugares, cuatro (Julio, Usumbelz, Guetadar y Arteta) pertenecían al mayorazgo de Mendinueta. En aquél año contaba este lugar con dos casas habitadas por un total de 18 personas. El gobierno del lugar sin embargo era el que tenían allí los señoríos de realengo, es decir, dependía del diputado del valle y de los regidores del lugar, elegidos por los propios vecinos. Es fácil suponer que el regidor sería siempre de la familia; tan sólo dos casas habitadas no daban para mucho en este sentido.
Las reformas municipales de 1835-1845 trajeron consigo la disgregación del valle de Aibar como unidad administrativa, y desde entonces el lugar de Julio pasó a formar parte del municipio que hoy se denomina Ezprogui.
En 1845 seguía teniendo dos fuegos; 19 habitantes en 1852; 17 en el año 1887. En los años 1900 y 1910 Julio no figura en los Nomenclátores de población, y sí que lo hace en el de 1920 apareciendo allí como despoblado. Sin embargo en 1930 lo volvemos a ver con 4 habitantes; 1 habitante en 1940; y a partir de 1950 figura ya como despoblado. La verdad es que cuesta imaginárselo habitado, sobre todo si tomamos conciencia de que hace unas décadas no existía la pista que hoy recorre toda la zona; yo, incluso, me arriesgo a pensar que en esos pueblos pudo haber nacido gente que a lo largo de toda su vida nunca salió de allí. En fin, que la imaginación es libre.
Sirva como dato para concretar más el momento de su despoblación definitiva que en la Guía de Navarra de 1944 ya no figura como lugar habitado. El 11 de octubre de aquél año de 1944 la Diputación Foral de Navarra compraba los términos de Arteta, Julio, Guetadar y Usumbelz, que sumaban un total de 1.349 hectáreas; a partir de ese momento, poco a poco se irían comprando nuevos términos del entorno: Sabaiza (927’18 hectáreas) se compró el 13 de mayo de 1960, Loya (208 hectáreas) se compró el 30 de noviembre de 1963, Gardalain (629’89 hectáreas) pasó a ser propiedad de la Diputación el 2 de octubre de 1964, y la última adquisición fue Irangoiti (330 hectáreas) el 16 de abril de 1969. Todos estos despoblados, con sus respectivos terrenos, configuran la finca forestal denominada inicialmente Ezprogui –aunque curiosamente el despoblado de Ezprogui queda fuera-, y actualmente llamada finca de Sabaiza; una finca con importantes masas forestales de roble y de pino laricio, este último de repoblación y silvestre.
Es así como Julio, que también da nombre allí a un monte, pertenece hoy al Patrimonio Forestal de Navarra.  Vida humana ya no hay, desde hace setenta años, pero… sigue nevando en Julio.

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